Rincón de animación: Skhizein

Otto

Vuelve a ser domingo. Y tengo intención de hacer fijo a Otto los domingos. Los otros… según me dé.

Como en la anterior entrada, primero os hablo un poco del corto y después del vídeo os doy la tabarra con mi pequeño análisis personal del mismo. No me obliguéis a poner la alerta de spoilers en todas las entradas, porque esta va a ser la mecánica que pienso llevar. No os quiero destrozar los vídeos antes de verlos y no puedo comentarlos (y que me entendáis) si no los habéis visto antes.

En esta ocasión os deleito con el corto Skhizein del francés Jérémy Clapin. Y no os creáis que exagero cuando uso el término deleitar, ya que este corto es una maravilla. Es un corto artísticamente bien llevado, con una música que acompaña a la perfección y tiene una narrativa sobresaliente.

Skhizein

Skhizein cuenta la historia de Henry Debrus, un tipo cualquiera al que tras caerle un meteorito encima, queda desplazado exactamente 91 centímetros de sí mismo. Tras semejante «accidente» tendrá que apañárselas para poder volver a hacer una vida más o menos normal.

Ficha en FilmAffinity.

¿Alguna vez os habéis sentido desplazados? ¿fuera de lugar? ¿Y cuándo habéis intentado arreglarlo, habéis empeorado la situación? Yo sí. Y quizá sea por eso por lo que este corto me enamora desde la primera vez que lo vi.

Me parece extraordinaria la manera de mostrar ese fuera de lugar mental (fijaos que el resto de personajes no parecen darle importancia al descolocado Henry), explicado de manera tan sencilla como un desplazamiento del cuerpo en sí. El pobre Henry está y no está a la vez en un sitio. Su perspectiva y sus acciones no están donde deberían estar: las dos juntas. Incluso a pesar de su descolocada situación, Henry se las apaña como puede para seguir su día a día. ¿Qué otra alternativa tenemos? No podemos desplazar al resto del mundo, así que nos tenemos que adaptar sea como sea. En casa, en el ambiente conocido, es más o menos fácil adaptarse. Fuera de ese entorno… no tanto.

Pero si analizamos este corto un poco más, da más de sí. El tema del problema existencial es evidente. Pero Skhizein se puede mirar desde otro ángulo. Si partimos desde el mismo nombre del corto, éste adquiere un tema todavía más sorprendente. Y es que skhizein es una palabra griega schizein (σχίζειν) ‘dividir, escindir, hendir, romper’, raíz de la palabra esquizofrenia. ¿Os habéis parado a pensar sobre el por qué del desplazamiento de Henry? ¿Y si no es culpa del meteorito? Y es que es posible que el meteorito ni exista como tal. Bueno, tenemos esa antena rota… pero no nos dice nada. El pedrusco espacial no es más que el desencadenante de la trastornada mente de nuestro protagonista. El quid que da lugar a la paranoia diaria en la que vive Henry. El cual parece darse cuenta de su trastorno y de cómo va empeorando la situación. Asiste al psicoanalista con la leve esperanza de que le ayude a encontrarse, a volver a la normalidad. Pero la situación no mejora, sino que va empeorando hasta que la mente paranoide de nuestro protagonista se descoloca del todo. Podemos ver cómo empeora y cómo Henry primero se las apaña como puede, después se tiene que volver a adaptar, pero se va aislando cada vez más, encerrándose en su entorno… hasta que al final se descoloca del todo; vive obsesionado con los meteoritos que caen y deja de encontrarse y un resquicio de su mente sana nos grita que está ahí. Otro factor importante a tener es cuenta a la hora de mirar la trama como un trastorno mental es la aparente indiferencia (y hasta preocupación por parte de su madre) del resto de los personajes, que actúa como si nada.

Para terminar (hoy, irónicamente, estoy muy descolocada) me gustaría hacer mención sobre lo acertada que me parece la idea de cómo se nos muestra la historia. Nos cuenta tal y como son los hechos y en ningún momento Clapin intenta posicionarnos, ni juzgar la situación.

En palabras del propio Henry:

«Me encuentro exactamente a 91 centímetros de mí mismo.»

¿A cuántos estás tú?

Acerca de Faran Arts

Un extraño espécimen que se pasó la infancia correteando ladera abajo cual Heidi, aunque más tarde decidió entretenerse dando brincos entre las setas, cortando hierba con una espada, montando a caballo y aprendiendo cosas variopintas como la alquimia o los diálogos de sus películas clásicas. Luego, desapareció una temporada, pero nadie sabe a dónde fue. Muchos creen que a entrenarse en su especial habilidad de perder el tiempo de manera sobrehumana. Actualmente sigue mejorando esa habilidad en cualquier campo posible.
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5 respuestas a Rincón de animación: Skhizein

  1. Creo que es la primera vez que veo una obra que versa sobre el desarrollo de un trastorno mental de una forma tan «física», es decir, mostrando ese problema como uno evidente en el espacio gracias al concepto del desplazamiento de uno mismo. Muchas películas han intentado describirlo desde el exterior del enfermo y/o utilizando algún tipo de simbolismo para reflejar la enfermedad, pero nada tan sencillo y, a la vez, tan claro como el de este corto.

  2. syphire dijo:

    Sencillamente, me ha encantado.

  3. Había olvidado este corto (hace un tiempo que lo vi) y retomarlo me ha hecho sonreir de nuevo, a pesar de la profundidad y gravedad que se puede extraer de él.
    Admiro la forma que tienen algunas personas de hablar de cosas similares con esa ligereza y sentido estético a la vez. Y aspiro a poder hacerlo yo también.
    Un placer conocer tu blog.
    Hasta pronto

  4. Pingback: Las aventuras de Faran-mii: El misterio de Entrotopía | Entrotopía

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